Juventud y revelación de lo divino en la naturaleza

Desde hace ya muchos años, la Capilla Real de Madrid se encuentra volcada especialmente en la música de J.S. Bach. El proyecto que dirige la Capilla, Bach Madrid, es el centro de su actividad y en octubre se inaugurará la Temporada 2016-2017 con apoyo del Ayuntamiento de Madrid, incluyendo música vocal e instrumental de J.S. Bach pero también de otros compositores como H. Purcell, W.A. Mozart y G.F. Händel, entre otros. Pero antes, organizado por la Diputación de Huesca, la noche del lunes tuvo lugar en la fabulosa Catedral de Jaca el undécimo y último de los conciertos en las bodas de plata del Festival Internacional en el Camino de Santiago, aunque su programación como es sabido sigue con otras múltiples secciones.
Frescos y alegres tocaron las Cantatas de J.S. Bach BWV 106 y 182 y las Arias HWV 204 y 207 de G.F. Händel, con sólo un cambio, Belén Nieto en la flauta. Junto a ellos estuvieron los Sopra il Basso, expresivos y coloristas en la retórica que toman su nombre por el tratado Del suonare sopra’l basso de Agostino Agazzari (1607) que distingue a los instrumentos como fundamento “guía y soporte del sonido de las voces y otros instrumentos de los ensembles” y los instrumentos de ornamento “con los cuales el contrapunto hace la armonía más agradable y sonora”. Fue un concierto de cierre magnífico, exultante a la par que sencillo, virtuoso y noble.
El repertorio presentado se basó en los dos grandes compositores alemanes que cerraron con gran brillo el fructífero periodo Barroco. “En el caso de Händel se trataba de obras poco transitadas de su repertorio que son dos de sus Nueve Arias Alemanas, última obra escrita en esta lengua por el Maestro de Halle”. Para la Capilla Real de Madrid, estas maravillosas arias “que hablan de la revelación de lo divino en la naturaleza circularon solo en pequeños grupos de intelectuales a través de su manuscrito, hasta que fueron editadas por primera vez en ¡1921! —destacan, y no es para menos—”.
“De las Cantatas de Bach interpretadas caben señalar sobre todo dos aspectos que las emparentan: la utilización de instrumentos poco habituales en ellas —como las estupendas violas da gamba y las flautas de pico— y el hecho de tratarse de dos obras de juventud, 1714 y 1707, respectivamente”. En estas obras se notaba ya la genialidad y el arte con el que Bach nos deslumbraría a lo largo de toda su portentosa creación. La Catedral de Jaca fue ejemplo de ello.
Para ambas formaciones, el momento actual que atraviesa la música barroca es tan difícil como lo es el de la cultura en general. “Los presupuestos tanto de las instituciones públicas como privadas se han reducido de manera radical, lo que lógicamente ha tenido repercusiones graves en el mundo de la cultura en general y en el de la música en particular. Con todo y con eso, algunos certámenes como el Festival Internacional del Camino de Santiago, logran sostener una programación de calidad en la que nos sentimos orgullosos de participar. Junto a nuestro agradecimiento —comparte cómplice y contenta la Capilla Real de Madrid— brindamos por los 25 años con un larga vida al festival”.